Algunos aspectos primarios a tomar en
consideración para la instalación de antenas parabólicas están dados por las
características de seguridad a tomar en cuenta como pueden ser la altura a la que se va a
trabajar, ajuste previo del cable coaxial que se utilizará en el suelo, condiciones
climáticas favorables y por último haber hecho los cálculos necesario para la
orientación a un determinado satélite.
Existen dos conceptos fundamentales que es necesario diferenciar: base y soporte.
La base está constituida por un mástil u otros con forma de tetraedro
que sostienen toda la parte superior donde se encuentra el soporte, el cual a su
vez sostiene el plato de la antena y propicia que esta pueda ser orientada en
diferentes direcciones. Estos deben tener una alta resistencia ante los eventos
climáticos y la misma depende del diámetro del plato y del resto de la estructura
que descansa sobre este.
Se debe elegir una superficie sólida donde los elementos mencionados puedan ser
fijados mediante la utilización de taquetes y tornillería. La superficie ideal es
la que ha sido fabricada con concreto, sobre todo aquella que se encuentra en pisos y
azoteas. Las herramientas principales de trabajo son:
- Nivel de burbuja.
- Taladro.
- Destornillador.
- Alicate.
Cuando se ha elegido la superficie donde instalar la
antena parabólica se realiza la perforación de los orificios donde van a ser
introducidos los tacos que darán fijación y resistencia a los tornillos
que sustentan la estructura de la base. Ya fijado el mástil se procede a la
colocación del plato de tal manera que coincida con la orientación previa al satélite
correspondiente. Luego se procede a la fijación del brazo del LNB para realizar
los ajustes de azimut,
elevación y polarización.
En algunos casos para evitar que la antena parabólica pierda su orientación se
recurre a colocación de tensores (generalmente 2) que resistan los vientos fuertes que
pueden llegar a producirse. El material utilizado es el alambre galvanizado y se
fabrica en medidas 10 o 12 según el calibre necesitado, además se utilizan taquetes cuya
expansión oscila entre 3/8” y ½”. Estos tensores no deben ser unidos a los orificios
que se encuentran en los bordes de los pétalos del plato parabólico sino a los
tornillos que se encuentran en este para evitar distorsiones o deformación del plato
así como desorientación ante eventos climáticos adversos.
Es conveniente realizar una limpieza previa al plato pues la acumulación de
polvo impide la llegada de una señal sin interferencia. El mantenimiento posterior a la
instalación ha de realizarse cuidadosamente procurando no crear puntos de apoyo sobre la antena parabólica que cambien los valores de
orientación hacia el satélite. En algunos casos se recurre a la construcción de muros
de contención alrededor de la antena para evitar la acción devastadora de los vientos,
sin embargo, estos no deben pasar la altura máxima de la misma ni bloquear el área que
abarca la llegada de la señal.
Para prevenir una corrosión en las piezas que impida un arreglo posterior es posible
cubrir los tornillos que ensamblan las partes con sustancias anticorrosivas las cuales
pueden ser desde aceite industrial hasta aquellos que se utilizan en la industria
automotriz.
Con el objetivo de proteger el LNB y el decodificador es importante
instalar un cable a tierra que canalice las descargas producidas directamente contra la
antena. Fabricado con cobre y bajo un calibre 8 se realiza una conexión desde la base de
la antena a una varilla enclavada en tierra manteniendo una distancia de más de dos
metros con respecto a la vivienda.
El enlace final se realiza con el cable coaxial RG6 el cual se encuentra conectado
desde la antena hasta cada sintonizador. Dependiendo del tipo de televisión de alta
definición podrán utilizarse de dos a tres de ellos sobre todo si se utilizan otros
tipos de antenas agregadas. |